viernes, 8 de julio de 2016

TURQUÍA, DEL INSTITUTO A UNO DE LOS PAÍSES MÁS HERMOSOS

Hoy quiero hablaros de un viaje muy especial. Fui muy afortunada. Hace nueve años tuve ocasión de conocer uno de los países más bellos que para mi gusto, existen.

Corría el año 2007 y con motivo del final de nuestra etapa en el instituto preparábamos un viaje especial. Esta vez no iba a ser una excursión a un museo, ni un día de convivencia en el pinar del pueblo. Esta vez…era algo más serio (y menos económico, todo hay que decirlo). Recuerdo perfectamente una reunión en el salón de actos del instituto para decidir entre todos los destinos que teníamos pensados: Praga, Viena y Budapest… Grecia… Túnez… Italia… Queríamos algo fuera de lo habitual, un lugar que si no fuera en esta ocasión difícilmente podríamos conocer.

Finalmente… Turquía fue el país escogido. Es cierto que muchos padres recelaron de nuestra decisión y no dejaron acudir a sus hijos para evitar los riesgos que este viaje podía conllevar. Pasamos el curso entero vendiendo polvorones en Navidad, claveles con mensajes amorosos en San Valentín, haciendo fiestas… todo para hacer más económico este viaje.

Es cierto que en las informaciones previas al viaje nos metieron bastante miedo. Era época de elecciones en un país bastante dividido no sólo geográficamente, también a nivel político. Atentados, conflictos, política, religión, infravaloración de la mujer… pero sobretodo una cultura muy diferente a la nuestra. “No llevéis pantalón corto, ni minifaldas, ni camisetas de tirantes o con demasiado escote”, “evitar siempre quedaros solos, sobretodo en el caso de las mujeres”, “beber alcohol está prohibido, y que a nadie se le pase por la cabeza fumarse algún porrillo”, “las cárceles turcas son verdaderos infiernos”, “dejar propina es obligatorio”, “los taxistas conducen como locos”… Estas fueron algunas de esas recomendaciones que nos tuvieron “acojonados” a nosotros y a nuestros padres los días anteriores al viaje.

Y por fin llegó el 22 de marzo, el día del viaje. Ahí estaban todos nuestros padres despidiéndonos como si no fuéramos a volver. En mi caso, había pasado toda la tarde eligiendo qué meter en la maleta y qué dejar en casa (siempre he pensado que las compañías aéreas deberían aumentar el peso legal. Jajajajajaja), y pesando la maleta una y otra vez, hasta que milagrosamente alcancé el peso permitido en el avión. Por cierto, era la primera vez que pisaba un aeropuerto y que cogía un avión, por lo que los nervios eran mayores. Además habíamos hecho un montón de planes para estos días; era nuestro primer viaje de amigos y compañeros y llevábamos un programa de actividades bastante completo.

“El vuelo con destino a Estambul va a efectuar su salida”. Por fin, la llamada para embarcar.

DÍA 1: MEDINA DEL CAMPO – MADRID - ESTAMBUL
Después de seis horas de avión  al fin llegamos a Estambul, fuimos directos al hotel, y después, de nuevo nos subimos al autobús para hacer una visita panorámica recorriendo los puntos más emblemáticos de la ciudad, entre los que destacaron:

La Mezquita de Solhiman el Magnífico: construida entre 1550 y 1557 por encargo del sultán Solimán. Es otra de las mezquitas más espectaculares de Estambul. Se dice que en los tres primeros años de construcción unas 3000 personas excavaron y construyeron una base de roca de unos 7 metros de profundidad. Su coste fue de lo equivalente a 60 millones de euros.

-     La Mezquita Azul (mezquita del Sultán Ahmet): construida entre 1603 y 1617, es la mezquita más grande y fastuosa de Estambul. Fue construida junto con una madersa (escuela coránica), un asilo, un centro comercial de artesanía, un kervansaray (alojamiento para los camellos de las caravanas), una fuente y un “külliye” (complejo socio-religioso). Para su construcción eligieron un antiguo hipódromo romano, cercano al Palacio de Topkapi. Está construida con 21.043 azulejos que fueron hechos en los talleres del palacio , las alfombras de cientos de metros cuadrados fueron tejidas en los telares imperiales, y los cristales de las lámparas de aceite fueron traídas del extranjero.

-       El Cuerno de Oro: es un impresionante puerto natural que se extiende por cerca de 8 km y divide el lado europeo de la ciudad en dos partes: la ciudad vieja y la parte de Gálata. Fue llamado así por las tierras fértiles que lo rodeaban, por la gran variedad de peces y por la belleza de su forma parecida a un cuerno.

Y para finalizar la jornada, una visita al Bazar Egipcio, más conocido como el Bazar de las Especias. Es uno de los mercados más antiguos de la ciudad y uno de los mejores lugares para adquirir productos típicos como especias, dulces o frutos secos. Su nombre proviene de cuando Estambul marcaba el final de la ruta de la seda y era el centro de distribución en Europa. Desde el siglo XIII comerciaba especias con Venecia, y en el siglo XV las especias llegaban a India y hasta Egipto, y de aquí a Estambul por el Mediterráneo.

DÍA 2: ESTAMBUL – BURSA – ÁREA DE ESMIRNA
El día siguiente, después de desayunar, de nuevo subimos al bus (la verdad es que pasamos miles de horas subidos en un autobús. Un detalle curioso es que el conductor del mismo lo limpiaba cada vez que parábamos en una gasolinera). En un ferry cruzamos el Mar de Mármara hasta llegar a Iznik, la antigua Nicea. Aquí visitamos las ruinas de la Catedral de Santa Sofía y la Mezquita de Çinili.

En Bursa realizamos un tour por la ciudad, donde vimos entre otros, la Mezquita y el Mausoleo Verde. Realmente una maravilla arquitectónica en la que cabe destacar el color de sus azulejos, que en la antigüedad eran de color azul turquesa pero que tras un terremoto a mediados del siglo XIX se cambiaron por el color azul verdoso que conserva hoy día (raro que se llame Mausoleo Verde o Yesil Türbe). También visitamos el Gran Bazar, la gran Mezquita de Ulu y el Kozahan (donde se encuentra el mayor comercio de capullos de seda).

Terminado este tour nos dirigimos hacia el barrio de Hisar, donde visitamos los mausoleos del Sultán Osman (fundador del Imperio Otomano) y de su hijo Orhan Gazi, que estuvo al frente del ejército que conquistó Bursa.

De nuevo en el autobús, nos desplazamos hacia el área de Esmirna donde haríamos noche.

DÍA 3: ÁREA DE ESMIRNA – EFESO – PAMUKKALE – DENIZLI
En nuestro tercer día de viaje, tras desayunar nos desplazamos hacia el complejo monumental de Efeso, que en 2005 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. En su interior se encontraba una de las siete maravillas del mundo clásico, el Templo de Artemisa del S. III A.C. (Templo dedicado a la “Señora de Éfeso”, una divinidad de múltiples pechos) el templo de Artemisa era el mayor templo de la antigüedad, con 20 columnas de unos 20 metros de altura, de las que sólo sobrevive una. Cuenta la leyenda que la fundación de esta ciudad estuvo en manos de una amazona llamada Esmirna (por eso tuvo este nombre). En este mismo lugar pudimos ver el Gran Anfiteatro, la Biblioteca de Celsio y la Fuente de Adriano. Aún hoy en día este lugar no ha sido excavado por completo, pero lo que podemos ver nos hace hacernos una idea de su gran esplendor.

Después de visitar este increíble lugar, nos desplazamos a Meryem Ana Evi, que en castellano significa “Casa de la Virgen María”. Es un lugar religioso cristiano muy cerquita de Éfeso, en el monte de Panayair, donde, según cuenta la tradición, Juan el Evangelista llevó a la Virgen María después de que Jesucristo fuera crucificado para protegerla de las persecuciones en Jerusalén. Allí permaneció hasta su Asunción, según los ortodoxos. La casa, que ahora es un lugar popular de peregrinaje, recibió la autorización oficial del Vaticano. El Papa Pablo VI visitó el lugar en 1967 y confirmó su autenticidad.

Nos trasladamos a visitar uno de los lugares más bellos que he visto jamás. Sin duda alguna, de los que más me gustaron de Turquía. Pamukkale, famoso por sus cascadas calcáreas petrificadas conocidas como las “Cascadas de algodón”, que se formaron a causa de la gran cantidad de
cal del agua que emana de allí. Allí pudimos mojarnos los pies y vivir una verdadera experiencia rodeamos de este impresionante paisaje. Visitamos su impresionante Necrópolis, una de las más ricas y mejor conservadas de Asia Menor.

DÍA 4: DENIZLI – KONYA – CAPADOCIA
A la mañana siguiente nos desplazamos a Konya (ciudad con casi un millón de habitantes), antigua capital del imperio Selyucida y cuna del sufismo en Asia Menor. Según el cristianismo, aquí nació Santa Tecla. Visitamos el Mausoleo de Mevlana, lugar donde fue sepultado Yalal ad-Din Muhammad Rumi en 1273, poeta místico y fundador de la orden de los Derviches Danzantes o Derviches Giróvagos (imagen típica de este país). Esta ciudad es una de las ciudades turcas más conservadoras en materia religiosa, llegó incluso a ser conocida como “la Ciudadela del Islam”.

Después de comer visitamos la Ruta de las Caravanas. Los caravasares (o posadas) fueron construidos en el siglo XIII por los sultanes de Rum. Su interior recuerda a la nave de una iglesia medieval. Uno de los Caravasares mejor conservado es el Karavanserai de Sultanhani o del Sultán Han (de 1229). Se cuenta que en la época medieval el comercio dependía de caravanas de camellos, y se cree que era aquí, en esta especie de posadas, donde paraban a descansar las caravanas y los comerciantes que las formaban.

DÍA 5: CAPADOCIA
Todo el quinto día del viaje lo pasamos visitando la región de Capadocia, región con un fascinante paisaje lunar, centro religioso desde los primeros años del cristianismo. Sus habitantes construyeron sus viviendas, iglesias y conventos excavados en la roca. Cuentan que cuando los persas ocuparon Asia Menor la dividieron en provincias. Los habitantes de esta provincia fueron forzados a pagar los tributos con caballos. Este hecho fue el origen del nombre de la zona, “Katpatuka” o “país de los hermosos caballos” (actualmente Capadocia).

Por la mañana recorrimos el valle-museo de Goreme (un museo al aire libre Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984), compuesto por decenas de monasterios colocados lado a lado, cada uno con su propia iglesia excavada en la roca y con pinturas rupestres murales que aún conservan sus colores originales; y el valle de Zelve (otro museo al aire libre), con su característico paisaje lunar, siendo un lugar en el que musulmanes y cristianos convivieron en perfecta armonía hasta 1924. Hoy en día es un pueblo fantasma por el alto grado de erosión que tiene, y el peligro que esto supondría en la convivencia en el lugar.
Por la tarde visitamos los pueblos de Uchisar o Ortahisar, donde pudimos contemplar las antiguas casas trogloditas. También visitamos Avanos o Urgup, donde pudimos ver algunas de las tiendas de alfarería o artesanía típica de la región, y una fábrica artesana de alfombras, donde nos hicieron una exhibición de las famosas “alfombras voladoras” como la de Aladín.

DÍA 6: CAPADOCIA – ANKARA – ESTAMBUL
El sexto día, tras desayunar, visitamos una de las ciudades subterráneas de la región. Al parecer los antiguos pueblos de la zona, para defender la vida contra los ataques de los enemigos construyeron en túneles subterráneos, habitaciones, cocinas e iglesias.

Tras almorzar salimos rumbo a Ankara, una de las principales ciudades turcas, con aproximadamente 4 millones de habitantes, pasando por el Lago Salado en la Meseta Central y el segundo en importancia en el país. A nuestra llegada realizamos una visita a la ciudad:

        Museo Hitita de las civilizaciones: en el interior de un edificio del siglo XV que fue construido para mercado. Su restauración y reconstrucción empezó en 1938 y duró 30 años. En 1997 fue premiado como el museo de Europa. Con hallazgos de la época paleolítica, neolítica, de los hititas, urartus, asirios y frigios forman uno de los museos más interesantes y ricos del mundo.

   Mausoleo de Atatürk: el 1938, a la muerte del fundador de la república, surgió la idea de construir un mausoleo. En su interior encontramos un bloque de mármol de 40 toneladas que nos indica el lugar donde está enterrado, bajo 7 metros, en el interior de una cámara.

Al finalizar esta visita, de nuevo regresamos a Estambul.

DÍA 7: ESTAMBUL
El penúltimo día de viaje lo pasamos completo en Estambul. Aún nos quedaba mucho por ver. Esta vez aprovechamos para ver el Palacio de Topkapi y Santa Sofía.

Palacio de Topkapi: uno de los lugares históricos más importantes para visitar en Estambul, con aproximadamente millón y medio de visitantes al año. Fatih Sultán Mehmet ordenó construirlo  en 1475 sobre unas ruinas romanas y durante siglos todos los sultanes fueron enriqueciéndolo y ampliándolo con nuevas construcciones hasta el siglo XIX cuando lo abandonaron. 5 kilómetros de murallas rodean el palacio, que ocupa unos 700000 kilómetros cuadrados (para que nos hagamos una idea, el doble que el Vaticano y la mitad de Mónaco).

Santa Sofía: considerada la obra más grande y sagrada de la época Bizantina. fue utilizada como iglesia durante 916 años, hasta la conquista de Estambul en 1453. Después, y hasta 1934 fue utilizada como mezquita, y posteriormente como museo. Es la cuarta iglesia más grande del mundo que tiene un área cubierta, después de San Pablo en Londres, San Pedro en Roma y el Duomo en Milán. Se la conoce como Aya Sofía, que es uno de los tres títulos dedicados a Dios: Aya Sofía (sabiduría divina), Aya Irene (Santa Irene, quietud y paz) y Aya Dinamis (poder sagrado).

Por la tarde, nos embarcamos en un crucero por el Estrecho del Bósforo, que conecta en Mar Negro con el Mar de Mármara y separa Estambul en dos partes: la europea y la asiática. Su longitud total es de unos 30 kilómetros y su anchura va desde 700 metros hasta 4 kilómetros. En este crucero pudimos ver la parte más bonita de Estambul y una de las zonas más caras, con sus palacios y chalets. El nombre significa “vado de vaca” y proviene de la mitología griega: Zeus convirtió a su amante Io en una vaca para protegerla de Hera, su esposa, pero esta se enteró y mandó a un mosquito para molestarla. Intentando huir de este, lo se ahogó en el estrecho.  

Para finalizar, una visita al impresionante Gran Bazar, uno de los mercados más grandes y más antiguos del mundo, con unos 45000 metros cuadrados, unos 20000 trabajadores, más de 3600 tiendas, 64 calles, 22 puertas... Para los amantes de las compras y para los que no, una verdadera maravilla.


DÍA 8: ESTAMBUL – MADRID – MEDINA DEL CAMPO
Por ser el último día, todos madrugamos bastante para aprovechar las últimas horas libres realizando las últimas compras en la ciudad, y disfrutando de nuevo del Gran Bazar.

Sobre las 5 de la tarde, de nuevo, subimos al avión que nos devolvía de vuelta a la realidad y a España.




CURIOSIDADES DEL VIAJE:

+ Ni que decir tiene que nos hartamos a comer kebab de todo tipo (enrollado, en plato, en fajita, etc). Desde mi regreso a España no he vuelto a probar uno y simplemente su olor me revuelve el estómago.

+ Ofrecer té a los visitantes es una tradición turca. En todos los establecimientos nos ofrecían una tacita, y rechazarlo era visto como una ofensa por lo que… el té es otro de los productos que no he vuelto a probar.

+ Los turcos toman yogur en casi todas sus comidas. Aquí lo conocemos como yogur griego, pero la historia del Imperio Otomano nos recuerda, que griego o turco, su origen es el mismo.

+ Lo peor de Turquía en cuanto a su gastronomía es sin duda sus desayunos. Aún recuerdo nuestra cara de decepción cuando bajábamos al buffet del hotel esperando encontrar una taza de leche con Cola-Cao y unos bollos con chocolate, y lo único que encontrábamos eran aceitunas, alubias y té (dicen que el desayuno tiene que ser consistente pero tanto…no sé yo si es bueno. Jajajajajaja).

+ Regatear en los mercados, otra tradición turca. La primera venta de la mañana era casi regalada. A mí lo de regatear nunca se me ha dado bien, así que siempre tenía que ir a comprar acompañada de algún compañero más espabilado. Preguntabas el precio de un producto y así, de buenas a primeras te pedían 50 euros. Al final acababas pagando 8 o 10 euros, entonces te dabas cuenta de que o espabilabas o te sangraban.

+ Era supergracioso que los turcos te persiguieran por los bazares para venderte algo, y cuando te preguntaban que de dónde venías y respondías que de España, todos nos decían lo mismo: “Rocío Jurado”, “Real Madrid”.

+ Viajar en tranvía era toda una odisea, pero hacerlo en taxi…era jugarte la vida. Los taxis circulaban a toda velocidad atravesando entre peatones, tranvía y resto de vehículos, sin respetar las señales ni nada.

+ Bueno, no sé de qué señales hablo, porque señales de tráfico vimos muy poquitas.

+ Nos pasamos todo el viaje escuchando en todos los sitios la versión en turco de la canción "la muchacha turca", excepto en una fiesta privada en la que coincidimos con un grupo de navarros, en la que nos pusieron temazos como "la bomba" de King África, "la Macarena" o "Paquito el Chocolatero".

+ Nos dijeron que el alcohol estaba prohibido, pero nos dieron a probar el licor típico de Turquía: una especie de vodka con unos 40º de alcohol que se mezclaba con una especie de anís y se rebajaba con agua. He de reconocer que esa noche a todos se nos fue un poco de las manos, y es que aquí en España somos más de Yllera 5.5 o de calimocho fresquito. xD.

+ Por supuesto, no podíamos abandonar Turquía sin probar los famosos “baños turcos”. Primero la sauna, y después nos metíamos en una ducha de agua calentita y nos teníamos que echar agua helada por encima, para finalizar con un súper masaje en manos de un lugareño.

+ En el caso de las mujeres, no faltaba en nuestro bolso un pañuelo y unos calcetines gordos para poder entrar en las mezquitas.

+ Y eso de que en los mercados ofreces productos a cambio de mujeres…pensábamos que era una leyenda urbana, pero por mí ofrecieron 10 camellos y 50 ciervos. Alguno… seguro que se pensó lo de cambiarme. Jajajajajajajaja.

+ El lema nacional de Turquía es “Yurtta Sulh, Cihanda Sulh”, que significa: “Paz en casa, paz en el mundo”. Con este lema, me gustaría rendir un pequeño homenaje a las víctimas del atentado en el aeropuerto de Atatürk la pasada semana, para que se cumpla la paz en el mundo. Aunque me duele decirlo, ha sido esta triste noticia la que me ha llevado a escribir esta entrada.




Pero si hay alguien a quien me gustaría dedicar esta entrada, es sin duda a mis antiguos compañeros de instituto, y compañeros de aventuras en este viaje tan especial. Quizá fue aquí cuando se separaron nuestros caminos, de hecho, a muchos de ellos no les he vuelto a ver. A otros muchos les veo casi a diario. Pero sea como sea, este viaje fue irrepetible e inolvidable para todos nosotros. Así que, desde aquí, un saludo para todos ellos y espero que si lo leéis, recordéis buenos momentos como he hecho yo mientras lo escribía.

Un especial saludo a todos.

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